Todo  estudiante deben tener un perfil,que abarque el ámbito tecnológico pero, específicamente,  más aún el estudiante de un curso online o educación a distancia debe fundamentar su eje de acción en las competencias tecnológicas.

Según Paniagua, Sánchez y Santa María (2005) la competencia tecnológica  deben basarse en las vías de comunicación bidireccionales y multidireccionales, las cuales el estudiante debe tener la capacidad de utilizar “medios tradicionales como el correo electrónico, comunicación entre miembros de un grupo, a través del uso de la videoconferencia, los foros o los chats .

Estos autores  argumentan que cualquier alumno que pueda disponer de vías de comunicación multidireccionales refuerza, tanto a las comunidades estrictamente virtuales (como por ejemplo todos los alumnos de una asignatura, ya que es su única vía de contacto) como, sin duda, a otro tipo de comunidades que pueden mantener un contacto más rico si generan, además de contactos presenciales, un espacio de trabajo y comunicación propios en la red (por ejemplo, los estudiantes que asisten a una tutoría presencial, generando un grupo que puede mantenerse en contacto a lo largo de la semana a través de Internet). (Paniagua, Sánchez y Santamaría; 2005; p. 17)

Sin embargo, se hace imprescindible no dejar de lado la importancia de tomar en cuenta tanto a los actores como a los distintos escenarios que se presentan en la actualidad, donde los estudiantes se ven envueltos en un constante desarrollo globalizado que privilegia el uso de las tecnologías como actor principal de dicho proceso, es decir tanto de desarrollo, como de enseñanza y más aun de aprendizaje, es por ello que se hace imprescindible que el estudiante desarrolle competencias que involucren el buen uso y aprovechamiento de los espacios de comunicación, con el propósito de intercambiar información que permita la construcción de conocimientos necesarios para alcanzar dichos procesos.

Las competencias tecnológicas del perfil de un estudiante en educación a distancia, según Cerro y Llorente (2005), se basa en categorías, criterios o estándares formativos, los cuales a su vez se determinan a través de indicadores de desempeño dentro de los perfiles de estos estudiantes.

Estos indicadores son: